jueves, 15 de diciembre de 2011

Contra los CIE y la persecución de inmigrantes. Movilización en Oviedo

La Ruta contra'l racismu convoca una movilización contra la persecución de las personas inmigrantes, que actualmente deben escoger entre vivir explotadas, arriesgarse a ser encarceladas en un CIE por no tener unos papeles imposibles de conseguir o ser expulsadas. El último caso es el de nuestro compañero Mamadou, detenido por no tener documentación ayer y que aún permanece en las dependencias policiales sin saber si será puesto en libertad a las 72 horas o enviado a Senegal en un vuelo especial si el juzgado de guardia de Oviedo lo envía al CIE de Aluche en Madrid.

En el pasaplazas del domingo 18 (a las 12h con salida de la plaza del Sol de Oviedo) se denunciarán los CIEs, las expulsiones y el papel de las fronteras interiores, pero también servirá para recordar que las emigrantes asturianas de hoy serán las inmigrantes explotadas de otro sitio mañana. El próximo jueves 15 a las 19:30 h se celebrará una nueva charla para preparar esta movilización en la que Pili Quintana explicará el funcionamiento de los CIEs en el CSOA La Madreña.

miércoles, 14 de diciembre de 2011

¿Son necesarios los líderes?

¿Te has preguntado alguna vez si es necesaria la presencia de personas ajenas a ti que guíen tus pasos, orienten tus decisiones o, simplemente, “alumbren” el camino que debes de seguir? ¿Te has preguntado alguna vez por qué tienes miedo a tomar las riendas de tu propia vida sin necesidad de que nadie impulse tu voluntad ni de que tampoco nadie se erija en tu “guía”, “héroe” o “salvador”?
Nos han enseñado, desde que hemos nacido, a depender de todos, a hacer dejación de nuestras responsabilidades de una manera natural y, en definitiva, a no dirigir nuestro propio destino, reduciendo el ámbito de nuestra libertad a una mera formalidad legal carente de sentido práctico y a decisiones domésticas que, en ningún caso, puedan contravenir los fundamentos del Sistema.

Fruto de esa educación y de sus graves consecuencias, al individuo se le ha creado la “necesidad” de confiar en alguien ajeno a él, “acomodándole” a la falacia de que es “mejor” que sea “otro” el que decida por ti por estar mejor preparado, tener más conocimiento o reunir una mejor aptitud, es decir, se te abona el camino para la irreversible aparición de múltiples líderes que irán tomando decisiones, en todos los ámbitos de la vida, desde que naces hasta que mueres.

La idea de la necesidad de un “líder”, por tanto, es un chip que llevamos grabado en la memoria colectiva desde tiempos inmemoriales, resurgiendo en los momentos históricos especialmente críticos en que los seres humanos, agarrotados por la mediocridad, el miedo o la apatía, prefieren que sean otros quiénes marquen las líneas maestras de su actuar.

Destruida la capacidad de decidir por sí mismo y reducido su papel al de mero súbdito, la figura del “líder” cobra inusitado valor ya que aquellos, huérfanos de un “representante” que les oriente y guíe, demandan su aparición sin ser conscientes de que con ello también venden su libertad y compran su esclavitud.

El “líder” es un producto del Sistema de cada época, una necesidad “inventada” tras hacer creer al individuo que es inferior e incapaz de afrontar por sí solo su destino, decidir acertadamente y construir su cotidiano vivir, por eso se han esforzado siempre tanto en desproveer al ser humano de su conciencia crítica, de su autoestima y de sus infinitas posibilidades de desarrollo integral.

Una sociedad sin líderes es, esencialmente una sociedad libre, porque nadie necesita de “guías” externos para decidir por sí mismos y, en consecuencia, tampoco de estructuras jerárquicas basadas en autoridades impuestas que anulen la voluntad de cada cual.

Sin embargo, es muy cierto que siempre han existido personas dotadas de unas especiales, naturales e innatas dotes de “liderazgo” que, en su justa medida, podrían en un momento dado servir de revulsivo a un estado latente de agitación; no obstante, estos líderes nunca podrían arrogarse la “capitanía” de un sentimiento popular generalizado, porque el riesgo de una deriva degenerativa hacia posiciones dictatoriales, como ha demostrado ya tantas veces la Historia, es una atracción casi irrefrenable.

Otra cosa bien distinta han sido aquellos ejemplos de personajes históricos revolucionarios cuya trayectoria sirvió de catalizador para “despertar” sentimientos soterrados que parecían haber estado esperando la llegada de un aglutinador de esa energía por aflorar, ejemplos encomiables que, a diferencia de los líderes tradicionales a los que estamos tan acostumbrados, vinieron a servir a una gran causa y no a servirse de ella.

En ocasiones, nos hemos preguntado a qué es debida la falta actual de líderes capaces de aglutinar el descontento generalizado de una sociedad que, en gran medida, deambula perdida y sin rumbo, en medio de la zozobra y de un panorama tan sombrío como sin futuro; es una tendencia casi automática la añoranza de ese personaje por aparecer, pero pocas veces nos paramos a pensar que, fruto de ese deseo y de esas “necesidad”, la “fabricación” de ese “líder” por el Sistema es tan sencilla como peligrosa, ya que predispone a la masa a la aceptación de cualquier discurso que suene bien por demagógico que pueda resultar o a cualquier otro aparente atractivo que, en el fondo, encierre la peor de todas las trampas.

Para evitar ese gran riesgo, el antídoto consiste en cultivar la autoestima y descubrir las muchas cosas que somos capaces de hacer; en recuperar el gusto por la responsabilidad en la adopción de decisiones que, aunque no siempre sean las más acertadas, al menos siempre serán tuyas y habrán sido tomadas libremente; en saborear la satisfacción de reencontrarte contigo mismo a medida que van cayendo las ataduras y los miedos que te han tenido secuestrado, y en definitiva, cuando vayas tomando consciencia de tu potencial creador.

Por eso, desconfía de cualquiera que se arrogue el carisma de un liderato, huye de quién lo ambicione y simplemente ignora a quién te diga que los líderes son necesarios porque quién así te diga no habrá comprendido todavía el auténtico líder que añora en su interior.

No existe el líder necesario, porque sencillamente el único líder al que necesitas es a aquel que habita en ti, ese al que a menudo no escuchamos al haber caído en la trampa de creer que somos incapaces de tomar decisiones y de pensar sin que nadie nos condicione, olvidando que el líder que habita en el interior de cada uno de nosotros es irreductible.

Antonio. La Ventana Esmeralda
 www.laventanaesmeralda.blogspot.com

jueves, 8 de diciembre de 2011

Municipal no es igual a comunal: otra vez el Estado contra el pueblo

F. Romero
Un amplio sector de la izquierda y de la población mantiene inconsciente o conscientemente una analogía errónea entre el concepto "comunal" y "municipal". Esa confusión es en la mayoría de los casos interesada y fomentada desde el poder cuando no desde la ignorancia. En zonas rurales como el concejo de Grao tal confusión puede ser letal para los intereses vecinales. Comunal es un régimen especial de gestión directa de los vecinos de bienes muebles y sobretodo inmuebles, de carácter ancestral. Lo que está bajo gestión comunal  no puede ser enajenable y su explotación no puede ser nunca exclusiva para un individuo o una institución. Lo municipal es lo que depende de la gestión de los ayuntamientos, que no son los vecinos, sino los gobiernos locales cuyos intereses no son los mismos que los de los vecinos por mucho que se diga lo conrrario.
Conviene remontarse a los antecedentes antiquísimos de este sistema autogestionario para poder ampliar el conocimientro preciso de este modelo que el Estado y la propiedad privada han combatido e intentado anular para su propio beneficio, arrebatando los derechos de los vecinos.
El sisterma comunal fue una de las piezas claves en la dinámica socioeconómica y reproductiva de las sociedades rurales. Aporta a los vecinos materiales de construcción, combustible, forraje y aportes complementarios a la dieta. Desde antiguo se conoce este sistema como "régimen de procomún" que ya existía en España desde el siglo IX, como continuidad del derecho germánico. Los comunes tenían unos fueros otorgados por el rey que les defendían de los atropellos de la Iglesia y los señores. Se desarrolla en el siglo XIII en las llamadas Sieta Partidas que establecen varias categorías para el procomún. Una, se refiere a lo que pertenece a todas las criaturas humanass como el aire, el agua de lluvia el mar y su ribera. Otra se refiere a todos los hombres  comunalmente y son los ríos, los caminos públicos y los puertos. Una tercera categoría hablaba de lo que pertenece comunmente a una ciudad o villa (fuentes de agua, plazas donde se celebran los mercados, espacios en donde se celebran los concejos abiertos o asambleas vecinales, arenales de ríos, etc).
Los comunes fueron casi destruidos por la burgesía que se desarrolla en España entre los siglos XVIII y XIX, con el apoyo del Estado y las instituciones estatales como los ayuntamientos, nacidas al amparo de esa burguesía para protegerles en sus negocios. De esta manera las diferentes desamortizaciones llevadas a canbo en este periodo consiguieron que espacios de gestión comunal pasaran a manos privadas. También el Estado se benefició ilegítimamente de esos espacios de propiedad vecinal. Un ejemplo fue la venta que diversos gobiernos llevaron a cabo de terrenos comunales, que por tasnto no les pertenecían, para recaudar fondos ante el desastre colonial de Cuba y Filipinas, a finales del XIX y principios del s. XX.
En la actualidad la gestión comunal se reduce a montes, extensiones de bosques y pastos ganaderos. La mayoría de ellos se explotan en régimen de concejo abierto y se gestionan directamente por los vecinos.
Sin embargo se están dando casos de ayuntamientos que en la confusión entre lo comunal y lo municipal están arrebatando este patrimonio común en su beneficio para negociar y obtener recursos de los que carecen por años de derroche y falta de previsión. En el caso de Grao ya conocemos algun conflicto con montes forestales y pastos, o con los intentos por hacerse con la gestión del agua en algunas zonas en donde, de antiguo, el agua se administra por las propias juntas vecinales. Todavía en un pleno municipal celebrado el pasado mes de noviembre el PP y AIGRAS trataron de llevar a pleito una decisión del Jurado de Montes Vecinales en Mano Común que daba la razón a los vecinos sobre su pleno dominio sobre el monte de Cabruñana, si bien su propuesta no prosperó.
Se gana una batalla, pero no la guerra pues vemos con indignación como el procomún, esos bienes que pertenecen al pueblo, están hoy en manos privadas en la mayoría de las zonas rurales. La luz que aprovecha los saltos de agua de los ríos, el abastecimiento del agua en manos de empresas privadas, al igual que grandes compañías que explotan en su beneficio la energía eólica...
Denunciemos pues que los que no son del común, los privados e instituciones estatales gobernadas por las clase política arrebaten lo que pertenece y perteneció siempre al pueblo.